Los Juegos Olímpicos de la antigüedad organizados en la antigua Grecia en el siglo viii a JC, tuvieron su sede en la ciudad de Olimpia y se realizaron entre los años 776 a JC y el 393 de nuestra era. Durante los Juegos, los conflictos entre las ciudades-estado participantes se posponían hasta la finalización de las competiciones deportivas. Este cese de las hostilidades fue conocido como paz o tregua olímpica.
El primero de los Juegos Olímpicos de la era moderna se llevó a cabo en Atenas, capital de Grecia, a partir del 6 de abril de 1896. Desde aquella oportunidad, han sido realizados cada cuatro años en diversas ciudades del mundo, siendo las únicas excepciones las ediciones de 1916, 1940 y 1944, debido al estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial; así como la postergación de la de 2020 para 2021, debido a la pandemia de COVID-19.
Es evidente que durante los Juegos de la era moderna no se ha mantenido la tregua olímpica ni tampoco durante otros eventos y que el terrorismo internacional ha tenido mucho que ver en las enormes dificultades organizativas que presentan los grandes eventos deportivos en cuestión de seguridad.
El momento en el que estalla la dicotomía entre deporte y terrorismo es en la XX Olimpiada de los Juegos Modernos, en Múnich.
La masacre de Múnich u Operación Ikrit y Biraam fue un atentado terrorista ocurrido durante los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich, Baviera, llevado a cabo por la organización Septiembre Negro y que contó con asistencia logística de grupos alemanes neonazis.
Los organizadores del evento consultaron al especialista forense germano-occidental Georg Sieber para que creara veintiséis posibles escenarios de ataques terroristas y colaborase en su prevención. El “escenario 21” previsto por Sieber contemplaba una situación de asalto a las habitaciones de la delegación israelí por parte de un comando terrorista que a su vez requeriría la provisión de un avión para abandonar Alemania. La organización se resistió a la aplicación del escenario 21, ya que iba contra la imagen de “juegos felices” que buscaban, por lo que se negaron a aumentar las medidas de seguridad, que fueron extremadamente laxas e inconsistentes en toda la ciudad.
Once miembros del equipo de Israel fueron secuestrados en la Ciudad Olímpica por un comando de la organización terrorista Septiembre Negro, facción de la OLP liderada por Yasser Arafat.
El 5 de septiembre a las 4 h 40´de la madrugada se inició el asalto. Ocho miembros del grupo terrorista palestino Septiembre Negro, vestidos con trajes deportivos y llevando pistolas y granadas en bolsas de deporte, escalaban la reja de dos metros que rodeaba el complejo. Fueron ayudados por deportistas del equipo estadounidense que desconocían su verdadera identidad y creían que, como ellos, querían acceder furtivamente a sus apartamentos tras una noche de diversión.
Los comandos matan a un luchador e hieren a un entrenador al que obligan a abrir otros apartamentos donde retienen a nueve y matan al entrenador. Exigen la liberación de 234 prisioneros en las cárceles israelíes junto con las de Andreas Baader y Ulrike Meinhof, dirigentes encarcelados de la organización terrorista Fracción del Ejército Rojo en Alemania. Israel se niega a negociar.
Una ley de restricciones de actuación vigente desde la postguerra impide al ejército alemán actuar. Los Servicios de Seguridad de la República Federal Alemana se hacen cargo del operativo. Treinta y ocho guardias fronterizos alemanes toman posiciones en la zona (la llaman Operación Sonnenschein), pero el evento es transmitido en directo por las televisiones a todo el mundo, incluyendo la Villa Olímpica, inutilizando cualquier intento sorpresivo. Los palestinos exigen un avión para ir a Egipto. Las autoridades germanas lo aceptan. Dos helicópteros militares deben trasladarlos a una base aérea donde un Boeing 727 con varios policías armados como tripulación deberían intervenir. También se acordó que los terroristas inspeccionarían el avión antes de su partida.
Los alemanes permiten la salida del comando y sus rehenes en un autobús hacia los helicópteros y entonces se percatan que no eran
4 los terroristas, como creían hasta el momento, sino 8. Esto JAMÁS se notificó a los francotiradores apostados en el aeropuerto. El grupo de agentes especiales y de tiradores de élite dispuestos para silenciar al comando estaba formado por deportistas que practicaban el tiro los fines de semana y que fueron distribuidos en círculo, sin contar con armas de precisión, chaleco antibalas, visor nocturno ni radiocomunicadores.
Al llegar al aeropuerto, un palestino se dirige al avión y comprueba que está vacío. Regresa apresuradamente al helicóptero pero justo antes de llegar comienza un tiroteo en el que los pilotos de los helicópteros logran huir. Los rehenes están atados entre sí y no pueden hacerlo. Se solicita la ayuda de vehículos blindados mientras los fedayines ametrallan a los rehenes, lanzan una bomba en el interior del helicóptero y corren hacia el otro helicóptero. Uno de ellos es acribillado y otro cae justo al llegar. Tres terroristas son apresados y un cuarto ha huido para ser localizado 40 minutos después y abatido. Se comunica a la prensa que todos los rehenes han sido liberados para tener que desmentir la información sólo tres horas más tarde.
El desastre es absoluto. Los once rehenes han sido asesinados, cinco terroristas y un policía han sido abatidos mientras que tres terroristas son capturados vivos. Fueron liberados 53 días después tras el secuestro de un avión de Lufthansa y de largas negociaciones. Israel organizó dos operaciones de castigo: Primavera de Juventud y Cólera de Dios dirigidas preferentemente a localizar a los terroristas que habían intervenido en la operación.
Errores básicos germanos:
1.- El dispositivo de seguridad de la Villa Olímpica era muy endeble, casi inexistente.
2.- Los israelíes se habían quejado de la ausencia de personal de seguridad armado.
3.- No se permitió intervenir ni al servicio secreto israelí ni a comandos de élite israelíes.
La Operación Cólera de Dios también conocida como operación Bayoneta, fue una operación encubierta de los servicios secretos israelíes, Mossad, encaminada a asesinar a los individuos que, según Israel, participaron de forma directa o indirecta en la masacre de Múnich de 1972.
Sus objetivos incluían a militantes del grupo terrorista palestino Septiembre Negro, responsable del ataque de Múnich, y a aquellos miembros de la Organización para la Liberación de Palestina acusados por Israel de estar involucrados. La operación fue autorizada por Golda Meir, primera ministra de Israel, en el otoño de 1972 y pudo haber continuado durante 20 años.
Durante la operación, unidades de agentes israelíes mataron a docenas de palestinos y árabes en varias regiones de Europa, incluyendo el asesinato por error de un camarero en Lillehammer (Noruega), de nombre Ahmed Bouchiki. Además, se lanzaron ataques militares adicionales, bajo el nombre de Operación Primavera de Juventud, en el sur de Líbano, oeste de Siria y norte de Jordania, destinados a matar a importantes objetivos palestinos. Esta serie de muertes espoleó actos de represalia por parte de Septiembre Negro contra miembros e intereses del gobierno israelí en todo el mundo. También se desencadenaron críticas a Israel relativas a los objetivos seleccionados, a las tácticas de asesinato empleadas y a la efectividad de la operación. Debido al carácter secreto de las acciones, algunos detalles no se pueden verificar más que a partir de una única fuente, entre las que se incluye el relato de un israelí que afirma haber dirigido uno de los comandos.
La masacre de once atletas en los Juegos Olímpicos de 1972 por parte del grupo terrorista Septiembre Negro llevó a Israel a plantearse medidas para evitar que se produjesen acciones similares en el futuro. Poco después del atentado, la primera ministra Golda Meir creó el “Comité X”, un pequeño grupo de funcionarios del gobierno que tenía la tarea de estudiar cuál sería la respuesta israelí frente a atentados terroristas. La propia Meir y su ministro de Defensa, Moshé Dayán, estaban al frente del mismo. También nombró al general Aharon Yariv como su consejero en la lucha contra el terrorismo. Este, junto con el director del Mossad Zvi Zamir, desempeñaría un papel principal en la dirección de la operación. El comité llegó a la conclusión de que, para evitar futuros ataques contra Israel, era necesario crear un grupo terrorista israelí, para eliminar a aquellos que habían apoyado o llevado a cabo la matanza de Múnich, y hacerlo de manera que causara el suficiente impacto como para disuadir a Septiembre Negro de realizar otras acciones parecidas. Presionada por la opinión pública israelí y por los altos cargos de los servicios de inteligencia, Meir autorizó con cierta reticencia el inicio de la campaña de asesinatos. No obstante, todas sus dudas desaparecerían pocos meses después cuando los tres autores de la matanza que todavía seguían con vida fueron liberados por Alemania Occidental, en cumplimiento con las exigencias de los secuestradores de un avión de la compañía Lufthansa. La inesperada capitulación de este país a las demandas terroristas ha levantado desde entonces la sospecha de que ese secuestro fuese simplemente un montaje organizado a fin de liberar a Alemania del riesgo de más represalias en el futuro. El primer encargo que el comité encomendó a la inteligencia israelí consistió en la preparación de una lista de objetivos en la que figurasen todos aquellos individuos involucrados en los sucesos de Múnich. Esto se llevó a cabo con la ayuda de espías infiltrados en la OLP que trabajaban para el Mossad y con información proporcionada por agencias europeas aliadas. Aunque se desconoce el contenido de la lista completa, algunos informes señalan que el número final de objetivos era de entre 20 y 35, incluyendo tanto miembros de Septiembre Negro como de la OLP. Una vez que se completó la tarea, se le encargó al Mossad que localizase a los individuos y se les exterminara.
La idea de la “negativa plausible” fue uno de los conceptos clave que se acordaron. Consistía en que debería ser imposible probar alguna conexión entre las muertes y el Estado de Israel. Además, se pretendía que las operaciones despertasen un sentimiento de pánico general entre los terroristas palestinos. De acuerdo con David Kimche, antiguo número dos del Mossad, “el móvil no era la venganza, sino el atemorizar a los terroristas palestinos. Queríamos hacerles mirar por encima del hombro y que sintiesen que estábamos encima de ellos”.
Se han dado diferentes versiones acerca de la formación de los comandos del Mosad que llevaron a cabo la campaña de exterminio. Es posible que se constituyesen varios grupos, cada uno de ellos con objetivos diferentes, y que estos conviviesen en el mismo periodo o en etapas diferentes, lo que podría explicar la diversidad de informes existentes. En realidad, solo existe una certidumbre completa acerca de los asesinatos que se cometieron, ya que toda información adicional ha sido proporcionada por fuentes limitadas.
También se sabe que el agente del Mosad Michael Harari creó y dirigió los equipos, aunque puede que algunos no estuviesen siempre a las órdenes del gobierno.
Un antiguo oficial del Mosad Víctor Ostrovsky nombra a las unidades de asesinato de la agencia como los Kidon. De hecho, Ostrovsky dice en su libro que fueron estos grupos los que ejecutaron los asesinatos. Otro informe del autor Aaron Klein afirma que estos equipos eran en realidad parte de una unidad llamada Cesarea, que sería rebautizada y reorganizada dentro de los Kidon a mediados de los setenta. Harari terminaría dirigiendo tres de estos grupos, de doce miembros cada uno. Según esta misma fuente, los equipos fueron subdivididos en escuadrones de logística, vigilancia y asesinato. Uno de los equipos de cobertura fue descubierto tras el atentado de Lillehamer, cuando seis miembros de la unidad fueron arrestados por las autoridades noruegas. Harari escapó a Israel y es posible que otros agentes hiciesen lo propio. Un artículo publicado en la revista Time tras el asesinato afirmaba que los miembros de la unidad eran 15, cifra que coincide con las demás fuentes mencionadas en esta sección.
Una versión muy diferente la da Yuval Aviv en su libro Vengeance (“Venganza”), donde afirma que el Mosad articuló una unidad de cinco hombres de los servicios de inteligencia que fue introducida en Europa. Aviv también dice que el equipo trabajó sin el control gubernamental y que mantuvo sus únicas comunicaciones con Harari.
El proceso se inició el 16 de octubre de 1972, cuando el traductor palestino Abdel Wael Zwaiter sufrió doce disparos en su apartamento de Roma. Los dos agentes israelíes, que habían estado esperando a que regresase de cenar, se refugiaron tras el tiroteo en una casa franca. En ese momento, Zwaiter era el representante de la OLP en Italia. Mientras que Israel sostenía en privado que este era un militante de Septiembre Negro y que estaba involucrado en una trama fallida contra un vuelo de El Al. Los miembros de la OLP afirmaban que no había participado de ninguna manera. Abu Iyad, dirigente de la OLP, había declarado que Zwaiter estaba “enérgicamente” en contra del terrorismo. El siguiente fue el doctor Mahmoud Hamshari, que era el representante de la OLP en Francia. Utilizando a un agente que se hizo pasar por periodista, el Mosad lo alejó momentáneamente de su apartamento de París, a fin de permitir a un equipo especialista en explosivos entrar en él para instalar una bomba bajo el teléfono. El 8 de diciembre de 1972, el supuesto periodista telefoneó a Hamshari a su apartamento. Una vez que confirmó que Hamshari había
descolgado el teléfono, se envió una señal de detonación al aparato para hacer estallar la bomba. Hamshari resultó gravemente herido en la consiguiente explosión, y terminó falleciendo un mes después a consecuencia de las irreversibles lesiones que padeció. Israel lo había elegido como objetivo porque pensaba que era el líder de Septiembre Negro en Francia.
El 24 de enero de 1973, el jordano Husein Al-Bashir, representante de Al Fatah en Chipre, apagó las luces de su habitación en el Hotel Olímpico de Nicosia. Momentos más tarde, una bomba instalada bajo su cama por el Mosad fue detonada a distancia, causando su muerte y destrozando la habitación. Israel creía que era el cabecilla de Septiembre Negro en Chipre, aunque otro móvil para su asesinato podría haber sido el que tuviese lazos estrechos con el KGB. El 6 de abril de 1973, Basil Al-Kubaisi, un profesor de Derecho de la Universidad Americana de Beirut que era sospechoso para Israel de proporcionar armas y coordinar la logística de Septiembre Negro y de otras tramas palestinas, fue tiroteado mientras regresaba a casa después de cenar. Como en atentados previos, recibió doce tiros por parte de dos agentes israelíes.
Varios de los objetivos de la lista del Mossad vivían en casas fuertemente vigiladas en Líbano, las cuales estaban fuera del alcance de los métodos de asesinato empleados hasta el momento. A fin de eliminar a estos individuos, se lanzó la Operación Primavera de Juventud, como un suboperativo dentro de la más amplia campaña Cólera de Dios. Durante la noche del 9 de abril de 1973, los comandos Sayeret Matkal, que formaban parte de la élite del ejército hebreo, junto con otras unidades de apoyo, lanzaron múltiples incursiones en Beirut y Sidón. Lograron matar a varios altos cargos de la OLP y de Septiembre Negro, incluyendo a Muhammad Yousef Al-Najjar (Abu Yousef), el dirigente de operaciones de Septiembre Negro y miembro de la OLP, Kamal Adwan, dirigente de operaciones e inteligencia en Septiembre Negro y veterano de Al Fatah, y Kamal Naser, portavoz de la OLP. El hijo de Kamal Adwan, que se encontraba en el apartamento cuando su padre fue asesinado, declaró que Kamal no estaba envuelto en el asunto de Múnich en absoluto, pero que sí había organizado a la resistencia en Cisjordania.
La matanza de Múnich, dijo, era “una oportunidad que les había dado Dios a los israelíes para matar a gente”. Zaiad Muchasi, el sustituto de Husein Al Bashir en Chipre, pereció al estallar la habitación de su hotel en Atenas el 11 de abril. Otros dos miembros de Septiembre Negro de bajo rango, Abdel Hamid Shibi y Abdel Hadi Nakaa, fueron atacados en su coche en Roma. Mohammad Boudia, de origen argelino, que era el director de operaciones de Septiembre Negro en Francia y conocido por sus disfraces y su afición a las mujeres fue asesinado el 28 de junio de 1973, en París, al estallar una bomba activada por presión, la cual había sido colocada bajo el asiento de su coche por el Mosad.
Casi un año después de la masacre, el Mossad pensaba que al fin había localizado a Ali Hassan Salameh, apodado el Principe Rojo, en la pequeña ciudad noruega de Lillehammer. El 21 de junio de 1973, en lo que pasaría a conocerse como el asunto de Lillehammer, un grupo de agentes del Mossad asesinó a Ahmed Bouchiki, un camarero marroquí sin relación ni con el ataque de Múnich ni con Septiembre Negro, después de que un confidente identificase erróneamente a Bouchiki como Alí Hassan Salameh, fundador de Septiembre Negro. Seis agentes del Mossad, incluyendo a dos mujeres, fueron capturados por las autoridades noruegas mientras que
otros, incluyendo al líder Mike Harari, consiguieron escapar hacia Israel. Cinco de los detenidos fueron condenados por el asesinato y encarcelados, pero serían liberados y devueltos a Israel en 1975. Víctor Ostrovsky afirma que Salameh fue clave a la hora de confundir al Mossad al proporcionarle información falsa acerca de su paradero.
Tras el incidente, se desencadenó un sentimiento de indignación internacional ante el asesinato erróneo que obligó a Golda Meir a suspender la Operación Cólera de Dios. La investigación noruega que se llevó a cabo y las revelaciones de los agentes capturados comprometieron a los activos del Mossad en Europa, incluyendo pisos francos, agentes y operativos. Sin embargo, cinco años más tarde se decidió reanudar la operación bajo el mandato de un nuevo primer ministro, Menachem Begin, y buscar a aquellos miembros de la lista todavía con vida. El Mossad comenzó a vigilar los movimientos de Alí Hassan Salameh después de haberlo seguido hasta Beirut a finales del otoño de 1978. A finales de 1978 o comienzos de 1979, un agente del Mossad que se hacía llamar Erika Mary Chambers entró en el Líbano bajo pasaporte británico emitido en 1975. Una vez allí, alquiló un apartamento en la Rue Verdun, una calle frecuentada por Salameh.
Otros agentes llegaron, incluyendo a dos que usaban los pseudónimos de Peter Scriver y Roland Kolberg, viajando con pasaporte británico y canadiense, respectivamente. Algún tiempo después de su llegada, un Volkswagen cargado con explosivos plásticos fue estacionado en la Rue Verdun, a la vista del apartamento alquilado. A las 15:35 del 22 de enero de 1979, mientras Salameh y cuatro guardaespaldas recorrían la calle en una furgoneta Chevrolet, los explosivos fueron detonados desde el apartamento usando un dispositivo de radio, matando a todos los pasajeros del vehículo. Tras cinco intentos fallidos, el Mossad había matado a Salameh. No obstante, la explosión también mató a cuatro transeúntes inocentes, incluyendo a un estudiante inglés y a una monja de Alemania Occidental, e hirió a otras 18 personas en la vecindad. Inmediatamente tras la operación, los tres agentes del Mossad desaparecieron sin dejar huella, así como los otros 14 miembros de apoyo que se creía que habían participado en la operación. Veteranos militantes del grupo terrorista afirmaban que aunque había participado en numerosos ataques en Europa, Salameh no estaba en absoluto involucrado en Múnich.
Tres de los ocho terroristas que llevaron a cabo la matanza de Múnich sobrevivieron al intento de rescate fallido de las autoridades alemanas en la base área de Fürstenfeldbruck. Sus nombres eran Jamal Al-Gashey, Adnan Al-Gashey y Mohammed Safady. Los terroristas quedaron bajo custodia en Alemania Occidental, pero fueron liberados semanas después ante las exigencias de los secuestradores de un vuelo de la aerolínea Lufthansa.
Se pensaba que Adnan Al-Gashey y Mohammed Safady habían sido asesinados varios años después de la masacre; Al-Gashey habría sido encontrado tras contactar con un primo suyo en un estado del Golfo Pérsico mientras que Safady habría sido localizado al mantenerse en contacto con su familia en el Líbano. Esta versión es desmentida por un libro reciente de Aaron Klein, quien afirma que Adnan murió de un fallo cardíaco en los años 1970, mientras que Safady habría muerto a principios de la década de 1980 a manos de falangistas cristianos en el Líbano o, de acuerdo con un espía de la OLP amigo de Safady, todavía seguiría con vida. Jamal Al-Gashey se refugió en el Norte de África. En 1999 concedió una entrevista al director Kevin MacDonald para el documental One Day in September (“Un día de Septiembre”). Se cree que todavía puede estar vivo.
Junto con los asesinatos, el Mossad empleó otros métodos para responder a la matanza de Múnich y evitar futuros ataques terroristas. Víctor Ostrovsky sostiene que entre ellos se incluían actos de guerra psicológica, tales como publicar obituarios de terroristas todavía vivos o enviarles información personal muy detallada acerca de ellos. Reeve va más allá y afirma que el Mossad telefoneaba a jóvenes agentes palestinos y, tras comunicarles datos personales, les advertía para que se desvinculasen de toda causa palestina. Además, el Mossad también organizó por toda Europa una campaña de cartas bomba contra activistas palestinos. El historiador Benny Morris escribe que estos ataques causaron lesiones no mortales a sus objetivos, que incluían individuos en Argelia y Libia, activistas palestinos que estudiaban en Bonn y Copenhague y a un miembro de la Media Luna Roja en Estocolmo. Klein también cita un incidente en El Cairo, donde un fallo en la bomba permitió que los dos objetivos se librasen del atentado. Varios asesinatos o intentos de asesinato adicionales se han atribuido a la Operación Cólera de Dios, aunque existen dudas acerca de si el Mossad estuvo detrás de ellos. La primera de estas acciones tuvo lugar el 27 de julio de 1979, cuando el jefe de las operaciones militares de la OLP, Zuheir Mohsen, fue tiroteado en Cannes, Francia, justo al salir de un casino. Varias fuentes responsabilizaron al Mossad de lo ocurrido, mientras que otras señalan a otros palestinos o a Egipto.
Abu Daoud, un comandante de Septiembre Negro, que declara abiertamente el haber contribuido a planear el atentado de Múnich, sufrió varios disparos el 27 de julio de 1981 en el vestíbulo de un hotel de Varsovia. Él ha afirmado que el Mossad estuvo detrás de la intentona, pero no está claro si realmente fue la agencia israelí u otra facción palestina disidente.
El 8 de junio de 1992, un alto responsable de los servicios de inteligencia de la OLP, Atef Bseiso, falleció en París al ser alcanzado por los disparos de dos tiradores que emplearon silenciadores y que le remataron en el suelo de un tiro en la cabeza. La OLP culpó al Mossad por este acto, al igual que la policía francesa y el autor israelí Aaron Klein en su libro Striking Back. En cambio, otros datos señalan que la organización de Abu Nidal estuvo tras el incidente. Septiembre Negro no logró realizar otro atentado de la magnitud de la matanza de Múnich, aunque intentó realizar varios ataques contra Israel y capturar rehenes.
De manera similar a la campaña del Mossad, docenas de cartas bomba fueron enviadas desde Ámsterdam, Países Bajos, a oficinas diplomáticas de Israel en todo el mundo durante septiembre y octubre de 1972, matando al Consejero de Agricultura de Israel en el Reino Unido, Ami Shachori. El 28 de diciembre de 1972, cuatro activistas de Septiembre Negro asaltaron la embajada hebrea en Bangkok, Tailandia, tomando doce rehenes. Aunque sus exigencias no se satisficieron, las negociaciones consiguieron la liberación de todos los rehenes y se les proporcionó a los terroristas un pasaje seguro hacia El Cairo.
Por otro lado, Septiembre Negro planeó un atentado al enterarse de que la primera ministra Golda Meir viajaría a Roma para entrevistarse con el papa Pablo VI en enero de 1973. Varios lanzadores de misiles Strela 2 fueron introducidas en Italia y situadas alrededor del Aeropuerto de Fiumicino cuando el avión de Meir se estaba aproximando. El ataque fue frustrado en el último minuto por agentes del Mossad en el aeropuerto, que lograron detener a todos los equipos de los lanzadores antes de la llegada del avión.
Además de las acciones mencionadas, dos israelíes sospechosos de ser agentes de inteligencia fueron tiroteados y asesinados, así como un funcionario hebreo
en Washington. En primer lugar, Baruch Cohen, un agente del Mossad en Madrid, murió el 23 de enero de 1973 a manos de un joven contacto palestino. Tras esta acción, Vittorio Olivares, un empleado italiano de El Al, sospechoso a los ojos de Septiembre Negro, fue asesinado en Roma en abril de 1973. Un tercer hombre, Yosef Alon, agregado militar de Israel en los Estados Unidos, fue asesinado el 1 de julio de 1973 en Chevy Chase, Maryland.
Septiembre Negro organizó otros ataques contra Israel tan solo de forma indirecta, incluyendo la toma de rehenes occidentales en la embajada de Arabia Saudita en Jartum, Sudán, pero el grupo fue disuelto oficialmente por Al Fatah en diciembre de 1974.
La Operación Primavera de Juventud, tuvo lugar en la noche del 9 y la madrugada del 10 de abril de 1973, cuando unidades de las fuerzas especiales de las Fuerzas de Defensa Israelíes atacaron varias blancos de la OLP en las ciudades libanesas de Beirut y Sidón.
En febrero de 1973, el comandante de la unidad de élite Sayeret Matkal, Ehud Barak, consiguió fotografías de tres líderes de la OLP:
1.- Muhammad Youssef Al-Najjar: veterano de OLP, previamente jefe de las ramas libanesas de Fatah, jefe de la organización interna de inteligencia de Fatah y líder de las operaciones para Septiembre Negro. Sus deberes eran el jefe del departamento político de la OLP y una de las autoridades de Yasser Arafat (terceros en la línea de la dirección de Fatah). El comando mató también a su esposa, que intentó protegerlo.
2.- Kamal Adwan: responsable de actividades terroristas en Israel a través de la Organización del Sector Occidental y Operaciones posteriores, Oficial de Inteligencia de Septiembre Negro, responsable de planear acciones terroristas contra objetivos israelíes en el extranjero.
3.- Kamal Nasser: poeta, portavoz de OLP y miembro del comité ejecutivo de OLP.
Los hombres residían en dos edificios de siete pisos ubicados en el barrio de Verdún, en el oeste de Beirut. Los apartamentos albergaban a familias italianas, británicas y árabes. Al-Najjar tenía su domicilio en uno, mientras que Adwan y Nasser vivían en el edificio de enfrente.
Barak y su equipo comenzaron a idear el triple asesinato. El plan final consistía en desembarcar a las fuerzas israelíes en la costa libanesa para que se infiltrasen en Beirut simulando ser turistas. El 9 de abril, los comandos Sayeret Matkal llegaron a las playas libanesas en botes Zodiac, lanzados desde las naves lanzamisiles mar adentro. Agentes del Mossad aguardaban a las fuerzas en las playas en vehículos que habían alquilado el día anterior. Después, los condujeron a sus blancos y, más adelante, de nuevo a las playas para la evacuación.
Tres equipos Sayeret Matkal entraron en los edificios y colocaron explosivos en las puertas de los apartamentos de sus objetivos, mientras que un equipo de respaldo, dirigido por Barak, se quedó fuera y se puso en guardia para repeler tanto a refuerzos de la OLP como a las fuerzas de seguridad libanesas. Tras esto, los israelíes irrumpieron en los apartamentos, acribillaron a los tres milicianos, y se apoderaron de cuantos documentos pudieron encontrar. Según informes palestinos, Kamal Nasser, un cristiano, fue asesinado en presencia de su familia, y los agujeros de bala en su cuerpo formaban la señal de la cruz. La esposa de Al-Najjar murió durante el combate cuerpo a cuerpo, al igual que una anciana italiana.
Simultáneamente, el equipo de apoyo se enfrentó a tiros con una docena de gendarmes libaneses, más los refuerzos de la OLP. Dos policías libaneses murieron. Las fuerzas que respondieron fueron repelidas, y los vehículos del Mossad fueron utilizados para la retirada de los agentes israelíes. Mientras conducían a la playa, se encontraron con un Transporte Blindado Policial libanés que patrullaba la zona. No hubo confrontación y continuaron hasta la playa, donde abandonaron los vehículos y embarcaron en las lanchas Zodiac.
Al mismo tiempo, 14 paracaidistas de la 35ª Brigada israelí, vestidos de civil y dirigidos por Amnon Lipkin-Shahak, asaltaron un edificio de varios pisos que albergaba a los milicianos del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Al ingresar, se encontraron con tenaz resistencia de los 100 palestinos que custodiaban el edificio. Elementos del Frente Popular para la Liberación de Palestina que se encontraban en los pisos superiores, intentaron varias veces tomar el ascensor hasta la planta baja y unirse a la batalla, pero cada equipo fue aniquilado por las fuerzas especiales israelíes que esperaban cerca de las puertas. El equipo logró colocar una carga explosiva en el interior del edificio y detonarla, causando un derrumbe parcial. Lipkin-Shahak solicitó entonces una evacuación aérea. La evacuación fue llevada a cabo por helicópteros de la Fuerza Aérea de Israel. Dos soldados israelíes y decenas de combatientes del FPLP murieron durante los combates. Otros comandos Shayetet 13 atacaron los cuarteles de Al Fatah en el sector de Gaza, dos talleres de Al Fatah en el norte y sur de Beirut, respectivamente, así como el principal garaje de vehículos de la OLP, al sur de Sidón.
Como dato curioso, el ataque a Verdún fue recreado en la película Münich, de Steven Spielberg, basada en el libro (semi-novelado) La Espada de Gedeón, de George Jonas. Sin embargo, los eventos están altamente distorsionados para adaptarlos al guion (por ejemplo, en el film, el operativo está a cargo de Avner Kauffman, el protagonista, interpretado por Erick Bana, y Ehud Barak apenas aparece como un soldado bajo su mando).
Otro dato relevante es que para la realización de la Operación Primavera de Juventud, el Shayeret Matkal contó con el apoyo del Shayetet 13, otro grupo de élite, de la Marina Israelí, reconocido por parte del Jefe del Estado Mayor.
Ehud Barak no ha sido el único integrante destacado del Shayeret Matkal. El Primer Ministro Benjamín Netanyahu también fue comandante de un grupo de élite de dicha agrupación. Curiosamente, en las siguientes elecciones ambos se volverán a ver las caras como contrincantes. La primera vez que esto ocurrió fue en 1999, cuando Netanyahu, por entonces en su primera gestión como Primer Ministro, tuvo que convocar elecciones anticipadas, y fue derrotado por Barak y el Partido Laborista. Ehud Barak se mantuvo como Primer Ministro hasta 2001, pero también tuvo que convocar elecciones anticipadas debido al rotundo fracaso de sus negociaciones con Yasser Arafat en 2000, así como por la explosión de la Segunda Intifada ese mismo año. Ariel Sharon, al frente del Likud, lo derrotó contundentemente.
Mientras que la primera ola de asesinatos entre el otoño de 1972 y la primavera de 1973 causó una gran consternación entre los palestinos, fue la Operación Primavera de Juventud de abril de 1973 la que realmente conmocionó al mundo árabe. La audacia de la misión, además del hecho de que veteranos líderes como Yasir Arafat, Abu Iyad y Ali Hasan Salameh estaban a escasos metros de las zonas de los ataques, contribuyeron a la creencia de que Israel era capaz de golpear en cualquier parte y en cualquier momento. También hubo demostraciones populares de luto. Durante los funerales de las víctimas del asalto, medio millón de personas salieron a las calles en Beirut. Unos seis años después, cien mil personas, entre ellas Arafat, volvieron a desfilar en la misma ciudad para enterrar a Salameh.
La operación también llevó a algunos de los gobiernos árabes menos radicales a presionar a los palestinos para que detuviesen los ataques contra los objetivos israelíes. Ante la amenaza de estos países de que retirarían su apoyo si los palestinos usaban pasaportes de sus gobiernos durante sus ataques a Israel, algunos terroristas empezaron a utilizar documentos hebreos falsificados en su lugar.
En el libro de 2005 Striking Back (“Contraatacando”), el autor Aaron Klein, que afirma que basó este libro en gran medida en entrevistas con agentes claves del Mossad involucrados en las misiones de represalia, sostiene que el Mossad solo alcanzó a un hombre conectado directamente con la matanza. Se trataba de Atef Bseiso, que fue asesinado en París en una fecha tan tardía como 1992. Klein va más allá al afirmar que las informaciones acerca de Zwaiter, el primer palestino en morir, “no estaban confirmadas ni adecuadamente contrastadas. Echando la vista atrás, su asesinato fue un error”. Continúa dando más detalles al comentar que los auténticos organizadores y ejecutores del atentado se habrían ocultado, protegidos por guardaespaldas, en países árabes y del bloque del Este, donde Israel no podría alcanzarlos. Mientras tanto, únicamente se eliminó a activistas palestinos de poca monta, que estaban errando por el oeste de Europa sin protección. “Los responsables de seguridad de Israel afirman que estos hombres asesinados fueron los responsables de Múnich y las declaraciones de la OLP dieron a entender que eran figuras importantes, así que la imagen de que el Mossad era capaz de matar a voluntad no dejó de crecer”. La operación se montó no solo para castigar a los culpables de Múnich, escribe Klein. “Como segundo objetivo, cualquier militante de la OLP que estuviese muerto era igualmente bueno”. Klein cita a una veterana fuente de la inteligencia: “Nuestra sangre estaba hirviendo. Cuando había información incriminando a alguien, no nos deteníamos a examinarla con lupa”.
Abu Daoud, una de las principales mentes de Múnich, fallecido en 2010, ha dicho en entrevistas, concedidas antes del estreno de la película Múnich, que Israel no mató a ningún individuo del grupo responsable de dirigir el atentado. Para apoyar esta declaración, afirma que “yo volví a Ramala en 1995 e Israel conocía que yo había planeado la operación de Múnich”. El líder de Septiembre Negro, Abu Iyad, tampoco fue eliminado por Israel, aunque fue asesinado en la ciudad de Túnez por la organización de Abu Nidal. El antiguo jefe del Mossad Zvi Zamir ha relatado en una entrevista de 2006 que Israel estaba más interesado en golpear la “infraestructura de la organización terrorista en Europa” que a aquellos directamente responsables de Múnich. “No teníamos otra opción más que empezar a tomar medidas preventivas”.
Esta campaña detuvo la mayoría de las acciones terroristas de la OLP fuera de las fronteras de Israel. ¿Ayudó de alguna manera a traer la paz a Oriente Próximo? No. Estratégicamente fue un completo fracaso. El antiguo miembro del Mossad Víctor Ostrovsky ha dicho que el esfuerzo que Meir exigió al Mossad, que conllevaba concentrarse en gran medida en los miembros y en las operaciones de la OLP, restó energías a la inteligencia encargada del espionaje de los países vecinos. Esto pudo provocar que el Mossad no asimilase las señales de advertencia que precedieron a la Guerra del Yom Kipur, que cogió a las defensas hebreas por sorpresa.
Otros atentados terroristas durante celebraciones deportivas.
Atlanta 1996. Atentado terrorista en el Centennial Olympic Park (Georgia. EE.UU).
Durante la celebración de una prueba de Maratón, estalla una bomba que mata a dos personas y hiere a otras 100. Se evitan otros tres dispositivos preparados para atentar. En 2003 se consigue detener en Carolina del Norte al autor; Eric Robert Rudholp, ultraconservador.
Ocurrió el 27 de julio de 1996, mientras dicha ciudad era anfitriona de los Juegos Olímpicos de Verano. La explosión de una bomba en el Parque Olímpico del Centenario causó la muerte de una espectadora, e indirectamente la de un camarógrafo turco que sufrió un infarto; otras 111 personas resultaron heridas. El ataque fue perpetrado por el terrorista estadounidense fundamentalista Eric Robert Rudolph, quien llevó a cabo tres atentados más en la región durante los siguientes meses. El guardia de seguridad Richard Jewell descubrió la bomba antes de que detonara, logrando desalojar a la mayoría de los espectadores del parque. Rudolph, un carpintero y trabajador manual, detonó tres bombas dentro de un estuche militar tipo ALICE Pac (mochila tipo militar). Los motivos de Rudolph se centraban en su oposición, como cristiano fanático, al aborto, a la homosexualidad y a los supuestos ideales “socialistas” y “globalistas” que, según él, promueven los Juegos Olímpicos. Rudolph buscaba la cancelación forzosa de las Olimpíadas, lo que no se cumplió.
Poco después del atentado, las investigaciones preliminares del FBI se enfocaron erróneamente en Jewell por su participación en el desmantelamiento del crimen. Inmediatamente los medios de comunicación divulgaron esta nota falsa y surgió mucha atención negativa en contra de Jewell. Sin embargo, en octubre de 1996, Jewell fue formalmente exonerado de los cargos. Después de tres atentados más en 1997, el FBI identificó a Rudolph como el autor, quien permanecería prófugo de la ley hasta su captura en Carolina del Norte en 2003. Rudolph se declaró culpable y fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
El Centennial Olympic Park fue diseñado para ser la zona céntrica durante los Juegos Olímpicos. Por lo tanto, miles de espectadores se habían reunido en el parque la noche del 27 de julio para ver un concierto de la banda Jack Mack and the Heart Attack. Después de la medianoche, Rudolph colocó bajo un banco una mochila verde que contenía tres bombas de tubo rellenas de clavos que medían tres pulgadas. Los clavos, que actuaban como proyectiles, causaron la mayoría de las heridas. El arma contaba con una placa de acero que dirigió la explosión hacia un lado y que habría causado más destrucción si la mochila no se hubiera movido antes de la explosión.
Los investigadores usarían estas pistas para vincular a Rudolph con otros tres atentados explosivos cometidos posteriormente en Atlanta y Alabama: dos contra clínicas abortivas y uno contra un bar lésbico. En todos los casos, las bombas fueron propulsadas por dinamita a base de nitroglicerina y se componían de un despertador, contenedores de plástico y placas y puntas de acero.
El guardia Richard Jewell, al descubrir la mochila del Parque, llamó a oficiales del Georgia Bureau of Investigation y junto con otros guardias empezó a desalojar las inmediaciones para que el equipo de expertos investigara el paquete sospechoso. La bomba estalló antes de que todos los espectadores lograran evacuar la zona.
El primero en dar la noticia en directo a todo el mundo fue el periodista deportivo italoargentino Ezio Luzzi, que se encontraba entonces en Atlanta como corresponsal de la RAI (Radiotelevisione Italiana) para los Juegos Olímpicos.
Luzzi recordó el suceso en su libro “Tutto il mio calcio minuto per minuto”, escribiendo: “Yo estaba allí, coordinando el despacho de la RAI, y la explosión se produjo cuando cruzaba la plaza. El golpe me tiró al suelo sin herirme. Me levanté pensando sólo en volver al estudio y contar la historia, antes que la CNN, antes que todos”.
Alice Hawthorne, una mujer de Albany (Georgia) de 44 años de edad, falleció cuando un clavo le penetró en el cráneo. Melih Uzunyol, un camarógrafo turco de 38 años que trabajaba para la Corporación Turca de Radio y Televisión, sufrió un infarto fatal cuando corría a cubrir la escena. Asimismo, la explosión hirió a 111 personas.
Justo después del incidente, Jewell fue reconocido como un héroe por haber descubierto la bomba y haber dirigido la evacuación del Centennial Olympic Park. Sin embargo, cuatro días después, la prensa publicó que Jewell era un posible sospechoso del ataque. Esta nota surgió después de la breve detención errónea de dos adolescentes en la estación de metro Kensington. Los investigadores del FBI sugirieron que Jewell encajaba en el perfil de un criminal tras recibir cierta información de su antiguo empleador, el Piedmont College.
Jewell en ningún momento fue declarado oficialmente sospechoso por las autoridades, sino que lo consideraron “persona de interés”. No obstante, la casa que Jewell compartía con su madre fue allanada; su pasado fue investigado arduamente, mientras la prensa le seguía incluso cuando compraba en el supermercado. Finalmente, Jewell fue exonerado y nuevamente declarado un héroe.
Eric Robert Rudolph, responsable del atentado terrorista en el Atlanta Centennial Olympic Park de Atlanta.
Tras su exoneración, Jewell inició una serie de demandas por difamación contra diversos medios de comunicación, entre ellos el noticiero nacional NBC Nightly News y el periódico The Atlanta Journal Constitution. Jewell les exigió una disculpa formal. Los abogados de Jewell afirmaron que el presidente del Piedmont College, Raymond Cleere, se había puesto en contacto con el FBI y los periódicos de Atlanta para aportar información falsa acerca de su anterior empleo como guardia en dicha institución. Cleere fue acusado de describir a Jewell como un guardia agresivo que escribía denuncias exhaustivas por infracciones pequeñas. John R. Martin, uno de los abogados de Jewell, declaró que, irónicamente, el profesionalismo y dedicación de Jewell en su profesión resultaron perjudiciales para su imagen pública.
El FBI admitió que, aparte de Jewell, no tenía otros sospechosos y la investigación no avanzó sino hasta principios de 1997, cuando dos bombas más estallaron en el área de Atlanta, en una clínica de aborto y en un bar para lesbianas. Las similitudes en el diseño de las bombas permitieron que las autoridades concluyeran que las armas provenían del mismo autor. El FBI procuró más pistas cruciales, principalmente la matrícula parcial de un coche, tras otro atentado en una clínica abortiva en Birmingham (Alabama) que mató a un guardia de seguridad y lesionó gravemente a una enfermera.
El número de la placa del coche y otras pistas permitieron que el FBI identificara a Eric Robert Rudolph como sospechoso, pero éste había desaparecido. Los investigadores suponían que Rudolph había huido a los montes Apalaches, una zona que él conocía desde su niñez. El 5 de mayo de 1998, el FBI incluyó a Rudolph en su lista de los 10 criminales más buscados y propuso una recompensa de un millón de dólares a cambio de cualquier información que resultara directamente en su arresto. El 14 de octubre del mismo año, el Departamento de Justicia declaró formalmente a Rudolph como principal sospechoso en los cuatro atentados.
Rudolph permanecería prófugo durante más de 5 años, hasta que fue arrestado el 31 de mayo de 2003 por el policía novato Jeffrey Scott Postell en Murphy (Carolina del Norte). Postell estaba patrullando su área y encontró a Rudolph detrás de un supermercado a las 4 de la madrugada. Al principio sospechó que el sujeto estaba perpetrando un robo.
El 8 de abril de 2005, el Gobierno anunció que Rudolph se declararía culpable de los cuatro atentados, incluyendo el ataque en el Centennial Olympic Park de Atlanta. Aceptó cuatro cadenas perpetuas consecutivas a cambio de evitar un juicio y una potencial sentencia de muerte. Permanece encarcelado en la prisión ADX Florence de máxima seguridad en Florence (Colorado), en aislamiento.
Maratón de Boston 2013
El 15 de abril, hacia las 14 h 50´ y a unos 200m de la meta detonan dos bombas caseras realizadas con ollas a presión rellenas de metralla, en Boylston Street, Boston, cerca de Copley Square, justo antes de la línea de meta, durante el famoso Maratón de Boston. Mataron a 3 personas (dos mujeres jóvenes y un niño de 8 años) y 282 fueron heridas.
Las cámaras descubren que los hermanos Tamerlán (casado con una estadounidense) y Dahojar (nacionalizado) Tsarnayev, chechenos y residentes en Estados Unidos desde 2003, son los terroristas.
El 19 de abril, en un establecimiento del Massachusets Institute of Technology de Cambridge, asesinan a un agente de seguridad e hieren a otro. Son perseguidos y Tamerlán muere en un tiroteo. Dahojar huye pero es localizado en Watertown (Massachusets) y al día siguiente se entrega. Condenado a muerte, su pena ha sido conmutada.
El lunes, 15 de abril de 2013, el maratón de Boston se inició sin ningún indicio de un ataque inminente. Los funcionarios recorrieron la zona en busca de posibles artefactos explosivos, antes de que éstos explotaran. Una de las inspecciones se produjo una hora antes de que las bombas detonaran. La gente podía entrar y salir libremente y llevar objetos dentro y fuera de la zona.
A las 2:49 p. m., dos bombas detonaron en Boylston Street, cerca de Copley Square, a unas 200 yardas (180 m) de distancia, justo antes de la línea de la meta. El primer explosivo detonó frente a Marathon Sports, en 671-673 Boylston Street, a las 02:49:43 p. m.; el segundo, a una manzana hacia el oeste, en 755 Boylston Street, a las 02:49:57 p. m. Fueron descritas como bombas de olla a presión, pedazos de metal y bolas de rodamientos, colocados en bolsas de lona de nailon de color negro. En el momento de la primera explosión, el reloj de la carrera en la meta mostró 04:09:43.
Las bombas detonaron dos horas después de que el ganador cruzara la línea de meta; más de 5700 corredores aún no habían acabado. Algunos corredores continuaban cruzando la línea hasta las 14:57, ocho minutos después de las explosiones. Las explosiones hicieron estallar las ventanas en los edificios adyacentes, pero no hicieron ningún otro daño estructural.
No se encontraron más bombas, aunque varias bolsas y paquetes que se encontraban en la calle fueron inicialmente tratados como bombas potenciales. Los funcionarios del Departamento de Policía de Boston informaron que murieron tres personas y 282 resultaron heridas, catorce de las cuales sufrieron la amputación de algún miembro. Los hospitales locales informaron de un mayor número de heridos: según el Boston Globe, más de 100 fueron atendidos en diferentes instalaciones. La Oficina Federal de Investigaciones dirigió la investigación junto con la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos y el Centro Nacional Antiterrorista. El tratamiento de los atentados fue catalogado como un ataque terrorista. Funcionarios del gobierno de los Estados Unidos declararon que no había informes de inteligencia que indicaran que tal atentado se llevaría a cabo.
Aunque en un principio no se trataron a los posibles responsables como sospechosos, varias personas que se encontraban cerca del lugar de la explosión y sus alrededores fueron detenidas e interrogadas acerca de los atentados, entre ellos un hombre saudí que la policía detuvo cuando se alejaba de la explosión. La policía registró su casa en un suburbio de Boston, pero la CNN informó más tarde que no tenía conexión con el ataque.
También se encontró la tapa de una olla a presión en una azotea. Los investigadores encontraron restos de una placa de circuito electrónico, posiblemente utilizado como un temporizador de la bomba. Tras difundir las imágenes de dos sospechosos, los mismos fueron identificados como Tamerlán Tsarnáev y Dzhokhar Tsarnáev, hermanos, de una familia de origen checheno residentes ambos en EE.UU. desde 2003, a donde habían llegado desde su anterior residencia en Daguestán (Rusia). Dzhokhar Tsarnáev, nacido en Kazajistán el 22 de julio de 1993 (19 años) consiguió la nacionalidad estadounidense el 11 de septiembre de 2012. Por su parte Tamerlán Tsarnáev nació en el sur de Rusia en 1987 (26 años), estando casado con una mujer estadounidense llamada Katherine Russell (de nombre Kárima Tsarnáyeva después de su matrimonio), producto de cuya unión tenían una hija de tres años.
Ambos fueron identificados después de robar en un establecimiento el 19 de abril, cuatro días después del atentado, durante el que asesinaron de un disparo al agente de seguridad Sean Collier del Massachusetts Institute of Technology de Cambridge al tiempo que otro agente de seguridad resultaba herido. En la persecución por carretera atacaron a los policías con armas de fuego, lanzándoles asimismo un artefacto explosivo. Tamerlán Tsarnáev fue abatido y muerto durante el enfrentamiento con la policía que intentaba detenerle, pero su hermano, Dzhojar Tsarnáev, consiguió huir. El sospechoso fue localizado mas tarde por la policía en Watertown. Finalmente, tras una aparatosa operación policial, Dzhojar Tsarnáev se entregó el 20 de abril, cinco días después de los hechos y condenado a muerte en 2015.
Debido a las heridas experimentadas por Dzhojar durante la persecución, fue trasladado al Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston. El equipo encargado de interrogar al sospechoso incluía a miembros del FBI, la CIA, y el Departamento de Defensa estadounidense. Tras una serie de investigaciones por parte de las autoridades de Watertown, se informó que los dos hermanos poseían exactamente seis bombas de fabricación casera (aparte de las que se habían colocado en el lugar de los hechos), varias armas de fuego y un fusil. En resumen, tres bombas explotaron, dos no fueron utilizadas y otra más se encontraba empotrada en un coche, según la versión de las autoridades locales. Las investigaciones también determinaron que los explosivos contenían pólvora, metralla y clavos.
El 22 de mayo, el FBI interrogó a Ibragim Todashev en Orlando, Florida. Ibragim era un checheno de Boston. Durante el interrogatorio, Todashev fue asesinado a tiros por un agente del FBI que dijo que Todashev lo atacó. The New York Times citó a un funcionario policial anónimo diciendo que Todashev había confesado un triple homicidio y que también había implicado a Tsarnaev. El padre de Todashev cree y reclama que su hijo es inocente y que los investigadores federales tienen prejuicios contra los chechenos. Cree que inventaron su caso en contra de su hijo.
Phillipos era un ciudadano estadounidense de ascendencia Etíope de 19 años. Vivía en Cambridge y había sido arrestado por hacer declaraciones falsas a la policía. En el 2011, se graduó de la escuela secundaria con Dzhokhar Tsarnaev. Dias Kadyrbayev de 19 años y Azamat Tazhayakov vivían en los Estados Unidos y eran oriundos de Kazajistán. Los dos fueron compañeros de cuarto de Dzhokhar Tsarnaev mientras vivieron en un complejo de viviendas fuera de la Universidad en New Bedford, Massachusetts. Kadyrbayev, Phillipos, Tazhayakov, y Tsarnaev comenzaron sus estudios en la Universidad de Massachusetts Dartmouth en el otoño del 2011. Los tres se conocían muy bien. Después de ver fotos de Tsarnaev en la televisión, los tres hombres fueron al cuarto de Tsarnaev donde recuperaron una mochila y una computadora que le pertenecía. La mochila fue arrojada a un vertedero cercano de New Bedford, pero la policía la recuperó con todo los contenidos. Durante los interrogatorios, los hombres inicialmente negaron haber visitado el dormitorio de Tsarnaev, pero luego lo admitieron. Además se abrió una acusación federal contra Khairullozhon Matanov el 30 de mayo del 2014 donde lo acusaron de “un cargo de destruir, alterar y falsificar registros, documentos y objetos tangibles en una investigación federal, específicamente información en su computadora, y tres cargos de hacer declaraciones materialmente falsas, ficticias y fraudulentas en una investigación federal de terrorismo”. Matanov había comprado cena para los dos hermanos Tsarnaev solo 40 minutos después de las explosiones. Una vez que las fotos de los hermanos Tsarnaev fueron reveladas al público, Matanov intentó comunicarse con Dzhokhar Tsarnaev, trató de regalar su teléfono y intentó borrar cientos de documentos de su computadora. Los fiscales dijeron que Matanov intentó engañar a los investigadores sobre su relación con los hermanos y ocultar que compartía la misma filosofía de violencia de los hermanos Tsarnaev.
Matanov era originario de Kirguistán y llegó a los Estados Unidos en 2010 con una visa de estudiante y luego solicitó asilo. Asistió al Quincy College durante dos años antes de abandonar sus estudios para ser taxista. Vivía en Quincy, Massachusetts cuando fue arrestado como amigo y colaborador de Tamerlan Tsarnaev. En marzo de 2015 se declaró culpable de los cuatro cargos en contra de él. En junio de 2015 fue condenado a 30 meses de prisión. Kadyrbayev, Phillipos y Tazhayakov fueron condenados a tres y cuatro años de prisión. En 2020 se revocó la sentencia de muerte de Dzhojar Tsarnáev, pero en 2022, la Corte Suprema de los Estados Unidos confirmó la sentencia de muerte de Dzhojar, revocando la decisión anterior de la Corte Federal de Apelaciones para el Primer Circuito.