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Dr. Alonso Flores

26/02/2024

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Hermes: (Mercurio)

Hijo de Zeus y Maya, es conocido sobre todo como mensajero de los dioses, pero es además dios pastor, dios de la elocuencia, la sabiduría y el comercio y se ocupa de los límites (entre la tierra y el cielo o el inframundo) e incluso de los límites morales, sociales o sexuales. También guía las almas de los muertos y se le representa habitualmente con sandalias aladas, un ancho sombrero (pétaso), y el caduceo, una vara con alas y dos serpientes enroscadas. En épocas posteriores las alas le salen del pelo, no llevando entonces sombrero. Homero no dice ni sugiere que estuviera provisto de alas, pero en épocas posteriores aparece con ellas.

Hermes
Estatua en bronce de Hermes. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles

Hay pocas leyendas que tengan a Hermes como protagonista absoluto, siendo mucho más frecuente que este dios realice el papel de personaje secundario.

Es el dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, del ingenio y del comercio en general, de la astucia, de los ladrones y los mentirosos, y el que guía las almas al inframundo, el Hades. Un himno homérico a Hermes lo invoca como el “de multiforme ingenio, de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses”.

De Hermes procede la palabra “hermenéutica” para el arte de interpretar los significados ocultos. Como diestro orador, era especialmente empleado como mensajero cuando se requería elocuencia para lograr el objetivo deseado. De ahí que las lenguas de los animales sacrificados le fueran ofrecidas. Dios de la prudencia y la habilidad en todas las relaciones de intercambio social. Estas cualidades estaban combinadas con otras parecidas, tales como la astucia, tanto en las palabras como en las acciones, e incluso el fraude, el perjurio y la inclinación al robo, por lo que se le asocia al arquetipo del pícaro divino. Es el dios del engaño, de lo incierto, de lo que pasa de un sitio a otro, por lo cual también conducía las almas de los muertos a la otra vida. Los actos de este tipo eran cometidos por Hermes siempre con cierta habilidad, destreza e incluso elegancia. Además de la siringa y la lira, Hermes inventó varios tipos de carreras y el deporte de la lucha, y por esto fue nombrado patrón de los atletas. Sus símbolos eran el gallo y la tortuga, y puede ser reconocido por su monedero o bolsa, sus sandalias aladas, su pétaso y su caduceo o vara de heraldo.

Hermes fue identificado con el dios romano Mercurio, quien, aunque heredado de los etruscos, desarrolló muchas características parecidas, como ser el patrón del comercio. En la interpretación griega de los dioses egipcios, se lo equipara a Thot.

Hermes con el niño Dioniso
Hermes con el niño Dioniso. Museo Arqueológico de Olimpia. Grecia.

Hermético procede de la palabra “Hermes”. La relación de esta palabra es con lo “impenetrable”, es decir aquello que no deja pasar el aire. De acuerdo a la mitología, él creó un recipiente de aire sellado por completo. De ahí viene la palabra hermético. “Hermes” era también usado para referirse a Thoth de la mitología egipcia siendo Thoth, el dios de la alquimia. Los alquimistas que seguían a este dios pasaron a llamarse Herméticos pues mantenían todos sus secretos escondidos. Así pues la palabra hermético pasó a ser usado para referirse a algo sellado o secreto. Otras fuentes aseguran que esta palabra viene de Hermes Trismegisto que es la fusión del dios griego Hermes y el dios egipcio Thoth.

Entre las cosas a él consagradas pueden nombrarse la palmera, la tortuga, el número cuatro y varios tipos de peces, y los sacrificios que se le dedicaban consistían en inciensomielpastelescerdos y especialmente corderos y cabritillos. Uno de sus atributos era el caduceo, mencionado frecuentemente en los poemas homéricos como la vara mágica con la que cierra y abre los ojos de los mortales, no diciéndose de qué persona o dios la recibió, ni que tenga las serpientes entrelazadas con que aparece en obras de arte posteriores. Según Apolodoro y el himno homérico dedicado a Hermes, la recibió de Apolo, y parece que deben distinguirse dos báculos, que luego fueron unidos en uno: primero, la vara de heraldo ordinaria y segundo la vara mágica, como las que otras divinidades también poseían. Los lazos blancos con los que la vara de heraldo estaba originalmente adornada fueron cambiados por artistas posteriores por dos serpientes aunque los propios antiguos las justificaban bien como vestigio de alguna característica del dios, bien considerándolas representaciones simbólicas de la prudencia, la vida, la salud y similares. En épocas posteriores, el caduceo fue adornado también con un par de alas, expresando la rapidez con la que el mensajero de los dioses se movía de un lugar a otro. En la actualidad el caduceo suele ser considerado un emblema iconográfico del comercio.

En sus primeras horas de vida, se escapó de su cuna, y se llevó algunos de los bueyes de Apolo. Para no ser descubierto por los rastros de sus pasos, Hermes se puso unas sandalias al revés y condujo los bueyes a Pilos, donde mató dos y encerró el resto en una cueva. Las pieles de los animales muertos fueron clavadas a una roca, y parte de su carne fue cocinada y consumida, y el resto quemada. Al mismo tiempo ofreció sacrificios a los dioses olímpicos, por lo que probablemente fuera el inventor de la adoración divina y los sacrificios. Volvió inmediatamente a Cilene, donde encontró una tortuga a la puerta de su cueva natal. Hermes tomó el caparazón del animal, tensó cuerdas a su través e inventó así la lira y su púa ó plectro. Algunos dicen que el número de cuerdas de su nueva invención fue tres y otros dicen que siete, y estaban hechas de tripa de buey u oveja. Apolo descubrió que fue Hermes quien robó parte de su ganado, y fue a Cilene a acusarlo de ello delante de su madre, Maya. Esta mostró al dios el niño en su cuna, pero Apolo llevó al niño ante Zeus y exigió la devolución de sus bueyes. Zeus le ordenó que cumpliese con las demandas de Apolo, pero Hermes negó haber robado el ganado. Sin embargo, como vio que sus afirmaciones no eran creídas, condujo a Apolo hasta Pilos y le devolvió sus bueyes, pero cuando Apolo oyó los sonidos de la lira quedó tan encantado que permitió a Hermes quedarse los animales. Hermes inventó entonces la siringa y tras haber revelado a Apolo sus invenciones, los dos dioses entablaron una estrecha amistad.

Hijos: Hermafrodito: cuenta Diodoro que Hermafrodito, nacido de Hermes y Afrodita, recibió su nombre de la combinación del de sus dos progenitores. Fue transformado en un ser bisexuado cuando los dioses concedieron literalmente a la ninfa Salmacis su deseo de no separarse jamás de él. Mírtilo: el auriga personal de Enómao se decía hijo de Hermes.

Hermafrodito durmiente
Hermafrodito durmiendo. Escultura en mármol, copia romana del siglo II a.C. Museo del Louver. París.
Hermafrodito durmiendo.
Hermafrodito durmiendo. Escultura en mármol, copia romana del siglo II a.C. Museo del Louver. París.

Orión: se dice que una vez Zeus, Poseidón y Mercurio, decidieron recompensar la hospitalidad de Hirieo. Hermes sacó la piel de toro que Hirieo les había sacrificado, orinaron en ella y la enterraron en la tierra. Entonces de la tierra nació Orión.

Palestra: esta diosa o personificación de la palestra (lucha deportiva) es hija de Hermes. Se creía que había crecido en Arcadia, lo que la relacionaba con Olimpia y los Juegos Olímpicos. Se le atribuye la invención del arte de la lucha para que los hombres se entretuvieran en tiempos de paz. Los vencedores olímpicos son coronados con ramas de acebuche, un tipo de olivo, de ahí que sea el favorito de Palestra.

Pan: el dios griego de la naturaleza, las ovejas y los rebaños, Pan, se decía a menudo que era hijo de Hermes. En el himno homérico a Pan, la madre del dios recién nacido huía de él, asustada por su apariencia cabruna.

En la Guerra de Troya, Hermes estuvo del lado de los griegos. El cuerpo de Sarpedón fue sacado del campo de batalla por los dioses alados gemelos Hipnos (Sueño) y Tánatos (Muerte). La pareja se describe vestida con armadura y supervisada por Hermes Psicopompo en el canto XVI de la Ilíada.

Hermes, Príamo y Aquiles
Hermes ayudó al rey Príamo de Troya a internarse en el campamento aqueo para enfrentarse con Aquiles y convencerlo de que le devolviera el cuerpo de su hijo Héctor.

En el Libro V de la Odisea, Hermes es enviado por orden de Zeus a liberar a Odiseo de la isla de Calipso. En el Libro X protege a Odiseo de Circe dándole una hierba no identificada denominada moly que lo protegería de su hechizo.

Hermes ayudó a Perseo a matar a la gorgona Medusa dándole sus sandalias aladas y la hoz de Zeus. También le dio el casco de invisibilidad de Hades y le dijo que lo usara para que las inmortales hermanas de Medusa no lo vieran huir. Atenea también ayudó a Perseo prestándole su pulido escudo. Por último, Hermes lo guió al Inframundo.

Su nombre, en la forma “herma”, designaba a un montón de piedras usado para marcar los caminos y delimitar fronteras y propiedades. Cada viajero que pasaba por el camino añadía su piedra al montón, indicando así su presencia. Sobre el 520 a JC, Hiparco, hijo de Pisístrato, sustituyó los montones de piedra que señalaban el punto medio entre cada pueblo (deme) del Ática y el ágora de Atenas por pilares cuadrados o rectangulares de piedra o bronce coronados por un busto de Hermes con barba y un falo en la base. 

Herma de Demóstenes
Herma de Demóstenes
Herma
Herma con la cabeza de Heracles .

En la historia del músico Orfeo, Hermes llevó de vuelta a Eurídice al Hades después de que este mirase atrás para ver a su esposa por segunda vez.

Hermes ayudó a proteger al dios infante Dioniso de Hera, después de que esta matase a su madre mortal, Sémele, por celos: Rescató a Dioniso de las llamas tras su nacimiento o lo recibió de manos de Zeus para llevarlo a Atamas.

Llevó a HeraAfrodita y Atenea al Juicio de Paris. Cuando los dioses crearon a Pandora, fue Hermes quien la llevó a los mortales y le otorgó su fuerte sentido de la curiosidad.

El rey Atreo de Micenas recuperó el trono de su hermano Tiestes siguiendo los consejos que recibió del tramposo Hermes. Tiestes accedió a devolverle el reino cuando el sol se moviese hacia atrás en el cielo, una hazaña que Zeus hizo posible. Atreo recuperó el trono y desterró a Tiestes.

Hestia

Hestia
Diosa Hestia

Hija de Crono y Rea, personificaba el fuego del hogar. Hestia apenas salía del Olimpo, y nunca se inmiscuía en las disputas de los dioses y los seres humanos, por lo que paradójicamente pocas veces aparece en los relatos mitológicos a pesar de ser una de las principales diosas de la religión griega y, posteriormente, romana. Vesta es su nombre romano.

Era la hija primogénita de los titanes Crono y Rea, y la primera en ser devorada por su padre al nacer; por lo que fue la última expulsada del cuerpo de su padre cuando Zeus le entregó el vomitivo. Tras la guerra contra los TitanesPoseidón y Apolo fueron a pedirle matrimonio a su mansión, pero juró sobre la cabeza de Zeus que ella permanecería siempre virgen, evitando así la primera disputa entre dioses olímpicos. El rey de los dioses le correspondió cediéndole la primera víctima de todos los sacrificios públicos y los lugares preeminentes de todas las casas.

Hestia Giustiniani
Hestia Giustiniani

Príapo, borracho, había intentado violar a Hestia en una fiesta organizada por Rea a la que habían acudido todos los dioses y tras la cual se habían quedado dormidos.

El rebuzno del asno de Sileno despertó a la diosa justo cuando su agresor se abalanzaba sobre ella, y Príapo huyó. Este hecho provocó que el asno fuese su animal favorito. A su recreación romana (Vesta), se le rendía culto en un templo de especial importancia. Según la tradición, el sucesor de Rómulo, Numa Pompilio, instauró la institución de las vestales y edificó el templo de Vesta. Allí se conservaba el fuego perpetuo y se custodiaba lo que se creía que era el mítico paladión (Paladio), una estatua arcaica de madera que representaba a la diosa Atenea y se conservaba en Troya desde los tiempos de su fundación. Se decía que la estatua medía tres codos de altura, tenía los pies juntos, una lanza en la mano derecha y una rueca con un huso en la izquierda. Durante la Guerra de Troya, cuando los aqueos se enteraron por Heleno de que un requisito indispensable para conquistar la ciudad era conseguir antes el Paladio, mandaron con este fin a Diomedes y a Odiseo, quienes realizaron con éxito su cometido. A veces se consideraba que Helena ayudó a robar el Paladio. Existía controversia acerca de si el que finalmente lo robó fue Diomedes u Odiseo.

Otra de las versiones asegura que los troyanos ocultaron el auténtico Paladio en un lugar inaccesible, que Diomedes y Odiseo se llevaron una copia, mientras que la imagen original se quedó en Troya y fue la llevada luego por Eneas a Italia. Se creía que esta estatua sagrada se hallaba custodiada en el templo de Vesta en Roma.

Hades

Plutón para los romanos, aunque también le llamaron Orco y Dis Pater,  es el dios del inframundo y de los muertos. Hermano, también de Zeus y Hera. Hades es el mayor hijo varón de Crono y Rea.

Lago Averno
Lago Averno. Que significa sin aves, por la emanación de gases nocivos sulfurosos y mefíticos.

Según el mito, él y sus hermanos Zeus  y  Poseidón  derrotaron a los Titanes y reclamaron el gobierno del cosmos, adjudicándose el inframundo, el cielo y el mar respectivamente; la tierra sólida, desde mucho antes, era provincia de Gea, y estaba disponible para los tres al mismo tiempo.

Hades también era llamado Plouton (en griego antiguo Πλούτων, genitivo Πλούτωνος, “el rico”), nombre que los romanos latinizaron como Plutón. Los antiguos romanos asociaron a Hades/Plutón con sus propias deidades ctónicasDis Pater y Orco. El dios etrusco equivalente era Aita.

En la mitología romana, la entrada al Inframundo localizada en el Averno, un lago-Lago Avernocráter cercano a Cumas, fue la ruta usada por Eneas (La Eneida) para descender al reino de los muertos. Por sinécdoque, “Averno” puede usarse como referencia a todo el inframundo. Los Inferi Dii eran los dioses romanos del inframundo.

Para los helenos, los fallecidos entraban en el inframundo cruzando el río Aqueronte, sobre una barca portada por Caronte, quien cobraba por el pasaje un óbolo, pequeña moneda que ponían en la boca del difunto sus allegados. Los pobres y los que no tenían ni amigos ni familia se quedaban en la orilla del río durante cien años.

El otro lado del río era guardado por Cerbero, el perro de tres cabezas derrotado y domesticado para sí mismo por Heracles (Hércules para los romanos). Más allá de Cerbero, las sombras de los difuntos entraban en la tierra de los muertos para ser juzgadas.

En el antepatio del palacio de Hades y Perséfone se sentaban los tres jueces del Inframundo: MinosRadamantis y Éaco. Allí, en el trivio consagrado a Hécate, donde los tres caminos se encontraban, las almas eran juzgadas y volvían a los Campos de Asfódelos si no eran virtuosas ni malvadas ó eran enviadas al camino del tenebroso Tártaro si eran impías o malas, o al Elíseo (Islas de los Bienaventurados) con los héroes “intachables”.

Los cinco ríos del reino de Hades y su significado simbólico eran el Aqueronte (el río de la pena o la congoja), el Cocito (de las lamentaciones), el Flegetonte (del fuego), Lete (del olvido) y Estigia (del odio), el río sobre el que incluso los dioses juraban y en el que Aquiles fue sumergido para hacerlo invencible. El río-laguna Estigia formaba la frontera entre los mundos superior e inferior.

Hades junto a sus hermanos, constituían los seis dioses olímpicos originales. El papel de Hades era a menudo mantener un relativo equilibrio, y solo intervenía cuando se violaba la división entre la vida y la muerte o alguien entraba a su reino sin haber muerto primero.

Hades
Hades junto a Cerbero, escultura de época romana en el Museo Arqueológico de Heraclión.

Hades reinaba sobre los muertos, con la ayuda de otros sobre los que tenía completa autoridad. Prohibió estrictamente a sus súbditos abandonar sus dominios y se enfurecía bastante cuando alguien lo intentaba, o si alguien trataba de robar almas de su reino. Era igualmente terrible para quien intentaba engañar a la muerte o cruzarla, como descubrieron desgraciadamente Sísifo y Pirítoo.

Aparte de Heracles, las únicas personas vivas que se aventuraron en el Inframundo fueron todas héroesOdiseoEneas (acompañado por la Sibila), OrfeoTeseo y, en un romance posterior, Psique. Ninguno de ellos estuvo especialmente satisfecho con lo que presenciaron en el reino de los muertos. En particular, el héroe griego Aquiles, a quien Odiseo conjuró con una libación de sangre, que le dijo: “No me hables con dulzura de la muerte, glorioso Odiseo. Preferiría servir como mercenario a otro antes que ser el señor de los muertos que han perecido.”

Aunque era un olímpico, pasaba la mayor parte del tiempo en su oscuro reino. Formidable en la batalla, demostró su ferocidad en la famosa Titanomaquia, la

Hades.
Busto de Hades. Copia romana en mármol de un original griego del siglo v a. C.; el manto oscuro es un añadido moderno (Museo Nacional Romano).

batalla de los olímpicos contra los titanes, que entronizó a Zeus. Temido y odiado, Hades personificaba la inexorable finalidad de la muerte.

Sus pertenencias identificativas incluían un famoso casco, que le dieron los Cíclopes y que hacía invisible a cualquiera que lo llevase. Se sabía que a veces Hades prestaba su casco de invisibilidad tanto a dioses como a hombres (como a Perseo). Su carro oscuro, tirado por cuatro caballos negros como el carbón, siempre resultaba impresionante y pavoroso. Sus otros atributos ordinarios eran el narciso y el ciprés, la Llave del Hades y Cerbero, el perro de múltiples cabezas. Se sentaba en un trono de ébano.

Perséfone no se sometió a Hades voluntariamente, sino que fue raptada por este mientras recolectaba flores en la llanura de Nisa, de dudosa localización, o en un valle próximo a la ciudad de Enna. Hades abrió un agujero en el suelo para llevarse a Perséfone sin que Deméter se diese cuenta. Según el Himno homérico a Deméter, Zeus fue cómplice del rapto. Después, Hades convenció a su sobrina de que sería un gran esposo y que ella sería reina del inframundo, La joven Perséfone se alegró al oír esto y accedió a comer los granos de granada que le ofreció su nuevo esposo. En protesta por el rapto, Deméter lanzó una maldición sobre la tierra que produjo una gran hambruna, y aunque los dioses fueron uno por uno a pedirle que la levantase para que la humanidad dejase de sufrir, ella aseguraba que la tierra permanecería estéril hasta que volviese a ver a su hija. Por fin intervino Zeus, quien a través de Hermes pidió a Hades que devolviese a Perséfone. Este accedió, “pero antes de partir, dio a Proserpina unos granos de granada, que es dulce como la miel y que Hades le ofreció porque sabía que así tendría que regresar.”

Deméter preguntó a Perséfone a su regreso a la luz y el aire: “¿No habrás probado bocado mientras estabas abajo? Porque si aún no lo has hecho podrás vivir con nosotros, pero si algo comiste, tendrás que volver allí, pasarás los inviernos en la tierra profunda y al llegar el calor y la tierra esté verde con nosotros vendrás a reunirte de nuevo.”

Esto la ató a Hades y al Inframundo, para gran consternación de Deméter. Según algunas versiones del mito, Perséfone fue cómplice del ardid, tras haberse enamorado de Hades y querer permanecer junto a él. Zeus propuso un compromiso, al que accedieron todas las partes: Perséfone pasaría la mitad del año con su marido. Es durante esta época cuando el invierno cae sobre la tierra, “una expresión de tristeza y luto”.

El matrimonio entre Hades y Perséfone se consideró estéril en la mayoría de las tradiciones, aunque la Suda hace a Hades padre de Macaria, sin especificar quién era la madre. Algunas tradiciones, también le otorgan la paternidad de las Erinias, diosas de la venganza y Melínoe, diosa de los fantasmas; sin embargo, otras tradiciones se la otorgan a su hermano Zeus. Por otra parte, en uno de los fragmentos del Sísifo de Esquilo que se refiere a Zagreo, puede interpretarse que la paternidad del último se atribuye a Hades.

Hades encarceló a Teseo y Pirítoo, quienes habían prometido secuestrar y desposar a las hijas de Zeus. Teseo eligió a Helena, la secuestró y decidió retenerla hasta que tuviese edad de casarse. Pirítoo eligió a Perséfone. Dejaron a Helena con la madre de Teseo, Etra, y viajaron al Inframundo. Hades conocía su plan de raptar a su esposa, así que fingió ofrecerles hospitalidad y preparó un banquete. Tan pronto como la pareja se sentó, se enroscaron serpientes en torno a sus pies, atrapándolos. Teseo fue finalmente rescatado por Heracles, pero Pirítoo quedó preso como castigo por osar pretender a la esposa de un dios.

Cerbero
Las tres cabezas del cerbero

El último trabajo de Heracles fue capturar a Cerbero. Primero viajó a Eleusis para ser iniciado en los misterios eleusinos. Hizo esto para absolverse de la culpa por haber matado a los centauros. Encontró la entrada al inframundo y, tras diversas vicisitudes, pidió permiso a Hades para llevarse a Cerbero. Este accedió, si lograba dominar a la bestia sin ayuda de las armas. Consiguió hacerlo, se lo llevó y, tras mostrarlo a Euristeo, lo devolvió al inframundo.

Hades solo mostró clemencia una vez: cuando Orfeo, un gran intérprete musical, viajó al Inframundo para recuperar a su esposa, Eurídice, que había sido mordida por una serpiente y murió en el acto. Incapaz de aceptar su muerte, Orfeo fue a pedir a Hades una segunda oportunidad. Emocionado por la habilidad musical de Orfeo, Hades permitió que este se llevase a su esposa de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que nunca intentase mirar atrás para comprobar si ella lo seguía hasta llegar a la superficie. Orfeo accedió y partió con Eurídice de vuelta al mundo de los vivos, pero pronto le asaltaron las dudas, temiendo que Hades lo hubiese engañado dándole el alma equivocada, o que su esposa no pudiera seguirlo o lo hubiese abandonado.

Orfeo y Eurídice
Orfeo y Eurídice. Pintura de Rubens (1636-1638). Museo del Prado. Madrid

Al salir del mundo de los muertos Orfeo no se pudo contener y se dio la vuelta, para descubrir que su esposa sí lo había seguido, pero que ella todavía no había salido del Hades, por lo que la promesa se rompió y Eurídice volvió al mundo de los muertos. Orfeo fue asesinado poco después por las Ménades.

El dios Hades jugó un papel de especial relevancia en el mito del poeta Orfeo. El camino a los infiernos no resultaba sencillo para un simple mortal como Orfeo. El poeta tuvo que convencer al barquero Caronte para que le ayudase a cruzar en su embarcación el río que separaba el mundo de los vivos del de los muertos, y, una vez allí, dormir con el sonido de su lira al gigantesco Cancerbero, el guardián de las puertas del reino de las sombras. Tras superar estos obstáculos en su camino, Orfeo consiguió que el dios Hades le recibiera en su palacio. A sabiendas de que el rey del inframundo era implacable en lo relativo al destino de las almas, Orfeo decidió utilizar la única arma en cuyo manejo sabía poseer una maestría absoluta: su lira. Con su canto y el sonido de este instrumento musical, Orfeo logró ablandar el corazón de Hades y le concedió regresar con su esposa al mundo de los vivos. Al no conseguir mantener Orfeo su promesa, Hades cumplió su amenaza; la joven permanecería en el mundo subterráneo toda la eternidad, pero
aunque Orfeo había perdido su oportunidad para resucitar a Eurídice, sus destinos volverían a unirse en el futuro. Tras la definitiva pérdida de su amada, Orfeo se dedicó a vagar por los campos, rechazando todo contacto con las mujeres. Por este motivo, fue asesinado por una turba de ménades furiosas, que se habían sentido despreciadas por el poeta. De este modo, Orfeo volvió a descender al mundo de los muertos, donde pudo reencontrarse con Eurídice, de la que no se separaría jamás. (¡qué bonito! ¿no?).

En la antigua Grecia y en la antigua Roma era costumbre poner un óbolo dentro o sobre la boca de los difuntos, ya que estos tenían que pagar a Caronte, el barquero del Hades.

Mitologia de Grecia y Roma parte 5

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